jueves, 26 de noviembre de 2015

Huir





Tuve la tentación de huir, de volver. Ese camino al que llamamos escape, abandono, fuga y que tan presente esta en cada una de nuestras vidas. Y sí, tuve la tentación de hacerlo, como cuando cogíamos el coche sin rumbo y distraíamos la tristeza a golpe de kilómetros. Como esos días en los que la noche no significaba que tuviéramos que dormir, o el amanecer no era sinónimo de tener que despertar. 

Simplemente tuve esa tentación, como tantas veces tengo otras. Pero esta vez era una sensación de escapar en dirección a ninguna parte. La libertad de no estar en ningún lugar. El sorprendente oficio de resistirme a vivir sin apenas esfuerzo. 

Y mirar de vez en cuando por el retrovisor y saberme lejos. Kilómetros de angustia recorrida sin ese afán por recordar, sin más motivos que dejarlos atrás. 

Si no me hubieras escrito ese wassup lo habría conseguido. Pero mis ojos brillaron y tus símbolos en mi pantalla me hicieron replantearme la huida. Hacia tan solo un minuto que el mundo no existía, nada ni nadie había a mi alrededor. Hacía tan solo unos segundos que el tiempo se había detenido y elegí mi marcha hacia adelante sin emociones, sin sentir que algo especial tuviera que ocurrir. Sin más motivos que mi coche y yo. 

Pero tu lo cambias todo. Apenas dos emoticonos con unos ojitos tristes para que me replantease la vida, para que mis impulsos se agacharan y se volvieran a sentar una vez mas  en el sillón de las dudas. 

Y así, minutos de confusión. Anhelos de un pasado lejano, que al igual que no te deja vivir, de repente te da lo que necesitas para continuar. Y los sueños que se agolpan uno detrás de otro pidiendo ser tenidos en cuenta. Y todo que se vuelve del color de la luz. Y todo se ilumina cuando me detengo a pensarte. 

La vida se vuelve a divertir con mis pensamientos y una sonrisa se distrae entre mis labios mientras tomo la siguiente salida en dirección a tu casa.

Subo sin pensar las escaleras: el ascensor tarda demasiado para la impaciencia acumulada que recorre mi cuerpo tembloroso. 

La puerta esta entreabierta. Lucas está jugando en el salón. Enseguida corre hacia mí y me da un fuerte abrazo. Me enseña tu móvil. Lo olvidaste en casa al salir hacia la oficina esta mañana. 

La mirada se distrae en una vieja foto. 

Vuelvo a casa. Don't Give up suena en la radio.


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