Yo escribo y tu callas.
Así me parece que la vida sigue. Así, a veces
pienso que el mundo se acaba, que todo termina, que esta carretera finaliza en
un abismo lleno de nombres derramándose por una atmósfera rota de luces tenues que
se vuelven frías y distantes cuando dejan de sonar los ecos de estos últimos días.
Escribo y tu callas. Siempre
callas. O quizás es que he dejado de mirarte cuando hablas y así a veces sueño
que los días son efímeros golpes de realidad y profundos sobresaltos donde
envolvernos en papel de regalo para mostrar sorpresa ante la evidencia de ser
nosotros otra vez, de nuevo.
Escribo. Callas. Me sorprende
de repente un paisaje de soledad donde sólo estas tu. Pero callas. Y los
rostros no se vuelven, no caminan, no entienden de esos sucios lugares desde
donde te tumbas a mirar la vida, a soñar un amor que te causa heridas, que te deja
moratones, que no entiende de caricias sonámbulas a media noche. Callas porque
las palabras se están ahogando dentro de ti.
Yo escribo mientras las palabras se borran brotando entre tus heridas.
Callas mientras yo escribo. No
creo que mis letras se llenen de tu vacío, de esos inquietos espacios desde donde me
asomo a esculpirte desde cero. Arena y barro, mármol y sangre encogida por el
sacrificio de olvidarte. Agua con sal brotando de unas mejillas prohibidas.
Frio. Espacios llenos de nada donde esconder a los últimos ahogados, los que
callan, los que dejaron de hablar, los que rompieron las reglas y nublaron sus
ojos con estatuas esculpidas por los restos de tu nombre.
No creo en las frases que se agolpan a la entrada
de tu corazón como si quisieran ahogarse en los motivos de estos días sin mas.
Escribo, me pronuncio con un acento sesgado de esas tierras bajas desde donde grito ¡ que le jodan al mundo! que diría JuanchoM, y sin embargo letra sobre letra
provocamos más y más silencios.
Callas y describo cierta
obsesión que cautiva esas noches donde nada se hace más grande que una copa y
ciertos excesos desde donde poder acostumbrarme a esto. Las palabras funcionan
si se falsean, si se dejan ver por ese orificio desde donde fabricamos los
miedos y contravenimos las normas para terminar donde queremos.
Dejarlo todo y volver a empezar
mientras callas.
Como cada 1 de enero. Cambiar y
empezar aunque parezca que todo sigue igual.
Callar para escribir y empezar
a dictar cada pedazo de todo lo que no termina por salir. Letras que atardecen
y ciegan con su luz cada frase de este torcido final donde nos fumamos con
formas y colores la vida, de este sonido oscuro que no se termina de definir.
Podríamos volver sin querer
pero cada renglón de este guion esta roto, vencido, venido a menos. Cada escena
se multiplica y difunde en un vacío tardío desde donde no hay mas sabor que un
sueño caído .
Yo escribo y como un lamento, tu callas.
Yo escribo y como un lamento, tu callas.
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