No está todo
dicho, pero que mas da... No he tenido ni la paciencia ni la determinación de
poder decirte lo que llevo paseando varios meses. Salgo a la calle y deshago
entre mis pasos los pensamientos una y otra vez. Y tú siempre te atreves a
pedir más. Sin brillo, sin pasión, sin la ternura de entonces. Te atreves a
pedir más en el nombre de un dios que ya no existe. En el nombre de aquellas
palabras que las lágrimas borraron. Por la sencilla razón de que tu no
dejaste de ser tu.
No está todo
dicho pero me buscas las vueltas y me atormentas con tu mirada simple y
directa, la que tanto me gusta. Y aunque tu no aguantas la mía, aunque tu no
escribes mi nombre con el morse que pronuncian tus parpadeos, aun así, me miras
y me pides que siga.
Y sabes que
no está todo dicho pero tu ya no quieres hablar. ¿Recitar viejos poemas?
¿Para qué...?- te preguntas mientras con delicada ansiedad buscas en tu bolso
otro paquete de tabaco-. ¿Quizás para tu café de por la tardes o ese cigarro en
la puerta del coche?. - Quizas…susurras sin mirarte por dentro-.
¿Quizás para repartir los olores y repetir los
insultos con los que te amas a escondidas?. ¿O simplemente por la satisfacción
de haber conseguido continuar sin más? ¿Acaso importa ya?
A mi no,
pero todo no está hablado. No pude terminar de decirlo. Las horas escasas. Los
principales sonidos que retornaban en la noche con esa distancia desmedida y
orgullosa con la que me decías que podías vivir en un siete sin más
preocupaciones. Que ya vendría el ocho, el nueve…así, sin luchar o aparentando
que no lucharías más por transgredir esas sábanas limpias con sabor prohibido.
Mientras
tanto ya sabrás que sigo sin creerte nada, nada. Pero ni tu falda se quiso
enredar entre mis frases, ni mis labios fueron suficiente cobijo para los
tuyos. Y aun así que bonito es, que bonito lugar al que acudir a recordarte… .
Ese instante de arena y agua que pervive en mi imaginación. Como el sonido del
mar en aquella caracola. Como esas cosas que solo existen dentro de uno mismo.
Nos quedaron
muchas cosas que decir porque parece que los espacios nos buscan sin querer
encontrarnos todavía.. Parece que las sombras nos abrazan sin querer
envolvernos. Parece que ahora de nada sirven los años y los pesos con los
que sujetamos nuestro amor. Los acordes de aquella guitarra vieja que se
desnudaba entre canciones que tanto te gustaba tatarear. ¡Y eso que no las cantamos
todas!. No quisiste subir el volumen de nuestros deseos. Tu emisora había
cambiado. Y no pudimos terminar de cantar nuestras canciones.
No está todo
dicho – me repetía como un mantra-
porque el silencio te protege y te ayuda a que no sangren demasiado esas
heridas tan tuyas donde se mojaron los pecados de toda una vida juntos.
Los hijos
que no están y las manos que no frotan esa parte de nosotros que tanto
disfrutaba con ello.
Es normal
que no quieras venir. La vida se enreda, las bocas se aprietan, los besos se
forman y de ellos no se puede escapar. Es normal que te escudes en las palabras
que no te escribo. En los versos que no te pronuncian y las teclas que no te
caligrafían. Es normal que no quieras venir porque sabes que no está todo dicho
y corremos el peligro de aguantar hasta que todo estalle y ya no podamos más….
Quizas
no dejemos de hablar por no poder parar de
decirnos tantas cosas.
Quizas no
dejemos de hablar y quien sabe si aun
así, no estará todo dicho.
Seguro q este texto se publico sin corregir.. Me recuerda cuando la poesia salia del estomago, cuando el poeta cogia lapiz y papel y vomitaba sus sentimientos con la mirada atenta, perdida, ansiosa de la que era su musa..seguro que no esta todo dicho porque no queremos decir todo, igual porque no podemos decir todo..
ResponderEliminarSin corregir. Poesía directa del estomago. Prosa traída desde las entrañas. Como siempre. Ya habrá tiempo de corregir cuando este casi todo dicho. Gracias por leer.
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